Susana Giménez ya no cree en el amor: “Estoy harta”

Susana Giménez estuvo en el cierre del American Business Forum, un encuentro de gran envergadura que reúne pesos pesados de la política, los negocios y el espectáculo en Punta del Este.

Con un look muy primaveral, Susana Giménez lució un vestido floreado muy elegante. Fiel a su estilo, Su entró al escenario y cambió el orden de los asuntos que había propuesto el presentador, Ismael Cala. Y tras una breve charla descontracturada dieron paso a la entrevista.

La diva le contó a Cala por qué ya no cree en el amor, cómo aprendió a ser su propia representante y cómo fue que la entrevista con el expresidente demócrata de Estados Unidos, Bill Clinton, falló.

“¿Te sentís una sex symbol?”, preguntó Cala a Su. “Sí, en mi momento sí. Ahora sería una ridícula. Ayer me mandaron un vestido que me quedaba por acá (mientras señalaba sus piernas), y lo devolví. ¿Cómo voy a usar una minifalda a esta edad? Es ridículo”, sentenció la presentadora más famosa del Río de la Plata.

Al ser cuestionada sobre su situación amorosa Susana se sinceró. “Yo no quiero tener un hombre más en mi vida, estoy harta. He sido amada. He amado menos de lo que me amaron. Aparte, a mí me gusta la gente más joven que yo, y sufrís, ya no se puede”, lamentó la conductora.

La diva argentina está tan alejada del amor que ratificó su postura: “Una maldición árabe es ojalá que te enamores, y es bastante cierta.  O te meten los cuernos, o te engañan, o te afanan. Es la verdad”, sentenció Su entre los aplausos del público.

Cabe recordar que Susana pasó un muy mal momento al haber contraído COVID19, sobre lo que también tuvo tiempo de hablar y confesó: “Durante la pandemia sufrí como nunca en mi vida. El terror te entra en el cuerpo al pensar que partís. Yo también tuve la oportunidad de zafar. Lloraba todo el día, eso te sensibiliza mucho”.

Según la diva argentina, ella cree que contrajo la infección respiratoria  cuando contrató gente nueva para que trabajara en su casa, pero no exigió que estuvieran vacunados. “Yo las hisopé, pero nunca las vacuné, fue error mío. Los contagiamos todos, mi hija, la gente del servicio. Los únicos que no se contagiaron fueron los perros”.