La viuda de Mauro Viale contó: "Alguien se apuró a bajarlo a la sala y dejarlo sin oxígeno"

El fallecimiento de Mauro Viale fue un impacto muy fuerte para el país que perdió a uno de los comunicadores más polémicos y a la vez queridos de Argentina. A sus 73 años, se contagió de coronavirus y después de ser internado, no pudo sobreponerse a la enfermedad.

Sus hijos Jonatan e Ivana lo lloraron al aire y pudieron despedirse también a través de redes sociales. Sin embargo, Leonor la viuda de Mauro nunca había hablado hasta hoy 9 de junio cuando le dio una entrevista exclusiva a Pía Shaw.

Cuando la comunicadora le preguntó cuál era su estado anímico, Leonor contestó: “Me descubrí más fuerte de lo que imaginaba. Les doy fuerza a mis hijos, disfruto a mis nietos y evito generarles preocupación” Además reivindicó a su marido y visibilizó el legado que dejó a su familia: “Tengo el orgullo de haber sido y seguiré siendo la mujer de Mauro Viale”

Pero también contó cómo fueron los últimos momentos de su marido: “No tuvo la suerte de que le dieran la Sputnik como a mí”, reconoció y también recordó: “Se sentía mal pero como era un soldado fue a trabajar igual. Cuando llegó a casa tenía 39° de fiebre y más”, dijo angustiada.

Fuente: (El Trece)

El relato siguió: “Mi hija Ivana le puso paños fríos y como no mejoraba llamamos al médico.” Además recordó lo reticente que era el conductor de televisión: “Cuando vinieron le dijeron que se tenía que internar pero él no quería. Finalmente una doctora le habló muy tajante y lo convenció”, expresó. Luego hizo una fuerte declaración que visibilizaría un posible caso de mala praxis:

Fue todo muy repentino. Alguien se apuró a bajarlo a la sala y dejarlo sin oxígeno y eso fue una equivocación, pero no quiero buscar culpas.

Y dijo angustiada: “Ahora esa persona está con su vida y nosotros con una pérdida irreparable. Además, la vacuna lo arrasó”

Para terminar, Leonor la esposa del conductor de televisión aseveró: “No tengo más que agradecimiento hacia Mauro. Me hizo crecer y me enseñó. Para nosotros será siempre un motor", y dolida terminó: “Cuesta, pero la vida sigue”.