Rodrigo: 22 años después, la leyenda sigue viva

Rodrigo siempre supo que quería ser cantante. En su vida no cabía otra posibilidad, soñó con los escenarios, con las luces, con el éxito. Consiguió todo eso y mucho más. Se convirtió en la imagen del cuarteto, la música de su Córdoba natal, y también en una verdadera estrella entre sus pares y en el mundo de la farándula. Su figura creció con cada espectáculo, con cada canción.

Sin embargo, cuando su estrella estaba en el punto más alto de su carrera, su luz se apagó para siempre. Un incidente, una autopista, el cansancio, el estrés, demasiados shows y muchos excesos, terminaron con la vida de Rodrigo una fría madrugada del 24 de junio del 2000, hace ya 22 años.

Tenía apenas 27 años, los había cumplido exactamente un mes antes de su partida. Con mucha garra y dedicación, logró hacerse su propio lugar en el mundo de la música, donde se posicionó como uno de los artistas preferidos de los argentinos y llevó el cuarteto a su máxima expresión.

Luego de brillar en las bailantas de Buenos Aires, donde la cumbia era la protagonista absoluta, el hermano de Ulises Bueno colmó su primer recital en el Teatro Astral, luego hizo una gira inaudita en Costa Atlántica. En solo nueve días, realizó 49 recitales, logrando reunir a más de 100 mil personas en el Torreón de Mar del Plata.

Como si eso fuera poco, desde el 5 de abril del 2000, se presentó 13 noches consecutivas en el Luna Park, con localidades colmadas todas las noches.

El carisma del artista lo llevó a lugares impensados, como su viaje a Cuba para conocer a Diego Maradona y regalarle una de sus canciones más memorables: "La Mano de Dios", que se convirtió en todo un himno. Es más, hoy, en el aniversario de su fallecimiento, la plataforma argentina de criptoarte Kephi Gallery realizará la subasta online del manuscrito de esa canción.

Además, hizo populares canciones como "Lo Mejor del Amor", "Soy Cordobés", "Y Voló Voló", "Ocho Cuarenta", entre otros hits de la música popular.

La leyenda del cuartetero sigue más viva que nunca. Sus canciones son escuchadas hasta el cansancio y sus éxitos todavía se bailan en fiestas y boliches. Pareciera que toda la magia de Rodrigo continúa vigente.