Mirko: en "reunión de caballeros", deja claro quién manda en la casa

Mirko no deja de sorprender y brindar momentos destacados y plenos de ternura. A su corta edad ya es todo un referente de las redes sociales y son miles los que a diario pegan una ojeada a sus perfiles para conocer las últimas novedades que protagonizó. Si algo sabe el público es que con él, la diversión siempre está garantizada.

El mayor artífice del éxito de Mirko es su padre, otro personaje sin el cual es difícil ya imaginar la televisión argentina. Con su programa más célebre nos lleva a recorrer el mundo y nos enseña lugares, costumbres, tradiciones y hasta gastronomía de locaciones muy distantes.

Marley es uno de los conductores más queridos de la pantalla y se lo ganó gracias a su carisma, su imborrable sonrisa y ese humor que es capaz de soportarlo absolutamente todo. Él da la impresión de que nunca tiene un día malo, un momento de tristeza, y todo pareciera ser dicha para el famoso.

Este pasado viernes, el televisivo se acercó sigilosamente a donde estaba su retoño, que jugaba con un amigo, y grabó lo que estaba ocurriendo. Por supuesto, después se publicó la secuencia en la cuenta de su descendiente, y de seguro todos deben haber reído al ver lo sucedido.

¿Qué están haciendo?

Eso le pregunta el amigo de Lizy Tagliani. Después insiste con un interrogante más, buscando hacerlos hablar, aunque el único que lo hace es su familiar. El otro está muy entretenido como para estar reparando en cámaras y grabaciones del particular momento que estaban viviendo.

"¿En el castillo están?", indaga. De inmediato, su amado hijo le dice en alto tono de voz: "¡Ey, no me veas!". Tenía todo el atuendo de los señores de aquellas épocas, que subidos en sus caballos cabalgaban con las armaduras que los protegían de posibles ataques del enemigo.

El papá de Mirko se disculpa, antes de que la escena concluya: "Ah, perdón, estaban disfrazados" dice el mediático y se retira. Les había movido la parte de la estructura que cumplía la función de puerta, aunque se asemeja más a una cortina. Luego de la irrupción y tras ser "echado", se marcha para dejarlos en paz.