Andrea Rincón fue contundente al hablar de su bautismo: "Vino Dios y me puso una piña"

Las cuestiones ligadas a la, la espiritualidad y todo lo que tiene que ver con lo divino no siempre son comprendidas. Para muchos, son temas de los que no se habla, o que merecen las críticas y hasta risas, por supuesto que desde la vereda de enfrente. Es lo que le sucedió a Andrea Rincón, cuando hace una semana contó que había sido bautizada nuevamente.

Aunque ahora está viviendo un importante momento de su vida, para Andrea Rincón no fue fácil llegar a este punto. En el camino tuvo que soportar situaciones complicadas, como los problemas de ad*cción que tanto le costó superar.

Ante tantos comentarios malintencionados, que se burlaron de la actriz por haberse bautizado en una pileta de tipo "pelopincho", se atrevió a contar cuál fue su motivación y qué tan importante fue para ella este paso en su camino hacia la sanación interior.

En diálogo con "Socios del espectáculo", la artista no tuvo reparos a la hora de contar su verdad. Pero también se refirió a las palabras críticas que pretendieron dañarla, aunque no lo hayan conseguido, porque ella se encuentra fortalecida espiritualmente.

No dudó en afirmar que "el mundo es cruel". Con mucha ironía afirmó que "me bauticé y, en vez de decir qué bien, esta piba hace 15 años se estaba por mor*r debido a sus problemas de consumo, ahora qué bien que está", sus detractores se ríen diciendo: "Se bautiza en una pileta de lona”.

A la vez, explicó que "hace rato que voy todos los domingos a la iglesia". Si bien ella había recibido el sacramento en su infancia, admitió que "no es lo mismo tomar la decisión uno, y lo sentí a flor de pi*l". Es por ello que enfatiza que "me pasó algo tan maravilloso" el estar en ese espacio, en encontrar algo diferente a lo conocido. Tal es así que reconoce que "de la iglesia y la religión que yo conocí en algún momento, no me gustó ese Dios que me habían presentado". Por lo cual, "me alejé”. Sin embargo, ahora encontró refugio en un nuevo credo.

"Me pasaron cosas", reconoció, ante las cuales "en algún momento dejé de creer, hasta que no me quedó otra que creer". Es que ella afirma que "vino Dios y me puso una piña en el mentón", lo que le hizo torcer el rumbo de su destino y reencontrarse con algo que creía perdido.

De esta manera, Andrea Rincón asegura que "yo estoy feliz, orgullosa de quien estoy siendo" y también "de la gente que me rodeo". Por lo cual, no le importa el qué dirán. "Escuchaba personas riéndose de la pileta de lona y yo estoy re orgullosa de haberme metido ahí y de haberme bautizado", enfatizó.